SELLO | EL MANTÓN

EL MANTÓN

DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL: 4076


Temática: Varios Temas

Fecha de puesta en circulación: 7 de abril de 2004

Procedimiento de impresión: Huecograbado

Papel: Estucado, engomado, fosforescente

Dentado: 13 3/4

Formato de los sellos: 28,8 x 40,9 mm (verticales)

Formato de la hoja bloque: 79,2 x 105 mm (vertical)

Valor postal: 0,27; 0,52; 0,77 y 1,90 €

Tirada: 600.000 hojas bloque

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO

El mantón, una prenda de adorno femenino originaria de China, que se introdujo en Manila en el siglo XVI, está elaborado con piezas de seda bordada y fue llevado por comerciantes españoles a nuestras colonias americanas de México, Guatemala y Perú. A finales del siglo XVIII su uso se extendió por algunas ciudades de Estados Unidos como California, Boston y Filadelfia. Un siglo después en España se popularizó y fue muy usado como pieza de abrigo o complemento de vestir, como veremos a través de la pintura costumbrista de la época, por cigarreras, modistillas y violeteras e incluso por mujeres de la aristocracia. 


Desde nuestro país, esta prenda de adorno femenino logró extenderse por Europa donde, dependiendo del uso y gusto, se fue transformando. Es por ello que aquel originario mantón chino llamado mantón de Manila, de seda y bordado, plagado de pequeños motivos florales orientales, una vez introducido en España, adoptara en su diseño elementos ornamentales y coloristas propios de la flora autóctona española y de aquellos otros países europeos en los que consiguió popularizarse. Otra característica que también contribuyó a la transformación sufrida por el mantón fueron los adornos de flecos cortos añadidos y tejidos con la propia tela. Flecos que posteriormente pasaron a ser más largos y se tejían aparte, siendo pegados de manera que no se apreciaran las puntadas y juntas de estos con la tela. El mantón, conocido en España popularmente como de Manila, es en la actualidad una pieza selecta del vestuario femenino que se destina a ser lucida en grandes solemnidades. Sirvan como ejemplo de aporte de elegancia, de su variedad y belleza los que ahora se reproducen en estos sellos que ilustran fragmentos de cuadros de la pintora Soledad Fernández.