SELLO | VIII CENTENARIO CATEDRAL DE BURGOS

VIII CENTENARIO CATEDRAL DE BURGOS

DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL: 5508

Temática: Efemérides

Fecha de puesta en circulación: 20 de julio de 2021

Procedimiento de impresión: Calcografía + Offset

Soporte: Estucado, engomado, fosforescente, mate

Formato del sello: 52 x 52 mm (octogonal)

Dentado del sello: 13 (horizontal), 13 (vertical) y 13 (diagonal)

Formato de la Hoja bloque: 150 x 104,5 mm (horizontal)

Valor postal: 5,80 €

Tirada: 140.000 hojas bloque

Diseño: Santiago Mendiola

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO

Con un espectacular sello troquelado que reproduce el cimborrio de la Catedral de Burgos, Correos se suma a la celebración del VIII Centenario de la construcción de esta catedral. Fue en 1221 cuando el obispo Mauricio puso la primera piedra de la que sería la nueva Catedral de Burgos, que sustituiría a la anterior de estilo románico. Este edificio es, quizás, el más representativo del gótico en nuestro país, siguiendo, en gran medida, el patrón del gótico francés.

En la segunda mitad del siglo XV se construyen tres obras importantes dentro de la catedral: la Capilla de los Condestables, las agujas y el cimborrio. Casi trescientos años después, se concluirían las ampliaciones con la nueva sacristía y la Capilla de las Reliquias. En su interior se conservan obras de artistas como Diego de Siloé, Juan Pascual de Mena o Juan de Vallejo, autor de la reconstrucción del impresionate cimborrio del crucero, protagonista de esta emisión. La catedral burgalesa fue declarada Monumento Nacional el 8 de abril de 1885, en 1984, la UNESCO la proclamó Patrimonio de la Humanidad.

Uno de los personajes más queridos de la ciudad de Burgos es, sin duda, el Papamoscas. Esta singular figura está situada al principio de la nave central de la Catedral de Burgos, a 15 metros del suelo, sobe la esfera de un reloj. Su aspecto grotesco y, en cierto modo, casi endemoniado, está ataviado con un divertido y extraño tocado. En su mano derecha, sostiene una partitura y la cadena del badajo de una campana, que hace sonar cada hora en punto, tantas veces como horas, abriendo y cerrando la boca simultáneamente.

El 20 de julio de 1221, se iniciaba la historia de una de las construcciones más imponentes de nuestro país, que, 800 años después, sigue en pie vigilando la ciudad y siendo admirada por propios y extraños.