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SELLO | ARPA, BALALAICA, BANJO, SITAR Y RABEL


DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL: 4710, 4711, 4712, 4713 y 4714

Temática: Instrumentos musicales

Fecha de puesta en circulación: 2 de abril de 2012

Procedimiento de impresión: Offset

Papel: Autoadhesivo fosforescente

Formato: 28,8 x 40,9 mm (verticales)

Efectos en pliego: 25

Valor postal: 0,36 €

Tirada: Ilimitada

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO

Cinco instrumentos musicales de cuerda, originarios de distintas partes del mundo, componen esta emisión de sellos autoadhesivos.

El Arpa ha sido utilizada desde tiempos remotos por los pueblos de la antigua Mesopotamia y Egipto, de donde pasó a Grecia y los países asiáticos. Durante la Edad Media alcanzó gran apogeo y en el Renacimiento perdió interés por las escasas posibilidades diatónicas que presentaba. Tras ser perfeccionado el mecanismo para subir los tonos, resurgió con gran fuerza en el siglo XVIII. Tiene forma triangular y está compuesta por la caja de resonancia, la consola en la que se fijan las clavijas de las cuerdas, y la columna que une las dos partes.

La Balalaica es de origen ruso y se utiliza para interpretar música popular. La caja sonora, con forma triangular, es casi plana y se remata por un mástil largo y estrecho con tres cuerdas que se pulsan con los dedos o con un plectro. Se sabe de su existencia desde finales del siglo XVII y alcanzó su desarrollo en el siglo posterior.

El Banjo, muy utilizado por los negros de Estados Unidos en el siglo XIX, es el instrumento más popular de la música tradicional norteamericana. La caja de resonancia, de forma circular, va cubierta con piel y unida a un mango muy largo que puede tener cuatro, cinco o seis cuerdas Es básico en la música country y de jazz.

El Sitar, de origen indio, produce un sonido metalizado y delicado, apropiado para expresar temas poéticos. Consta de una caja de resonancia de calabaza y un mástil con trastes móviles, de latón o plata, que el instrumentista acomoda para conseguir la escala. Algunos incorporan una caja de resonancia más pequeña en la parte superior del mástil. El número de cuerdas es variable, entre 18 y 26, y se pulsan con una púa.

El Rabel se introdujo por los árabes en Europa en época medieval. En nuestra península es muy conocido en Cantabria, y en Castilla y León. El instrumento es plano por encima y abombado por debajo y el cuerpo se va estrechando hacia la parte de las clavijas. Suele tener tres cuerdas, que se frotan con un arco curvo y muy corto. Se utilizó mucho por los juglares para acompañar las danzas populares.

Las piezas reproducidas pertenecen al Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA); un espacio concebido para que el sonido envuelva y estimule los sentidos del visitante, y para que principiantes y profesionales de la música profundicen en sus conocimientos.