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SELLO | ANTIGUAS RUTAS POSTALES

ANTIGUAS RUTAS POSTALES

DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL: 5402

Temática: Europa

Fecha de puesta en circulación: 14 de mayo de 2020

Procedimiento de impresión: Offset

Soporte: Estucado, engomado, fosforescente

Formato: 49,8 x 33,2 mm (horizontal)

Dentado: 12 ¾ (horizontal) y 12 ½ (vertical)

Efectos en pliego Premiun: 6 sellos

Valor postal: Tarifa B (1 sello = carta normalizada hasta 20 gr Europa)

Tirada: 180.000

Diseño: Sendin & Asociados

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO

Vertebrando desde la antigüedad reinos, estados e imperios, las rutas postales han sido el elemento imprescindible que ha permitido cohesionar gobiernos y sociedades a lo largo de la historia. Antiguas rutas comerciales, jalonadas de postas y descansaderos, permitieron a correos y mensajeros llevar el correo superando las barreras que imponía la geografía.

En nuestro país, las rutas se remontan a tiempos del Imperio Romano, quienes aprovecharon anteriores rutas de tartessos, fenicios y pueblos prerromanos para levantar su red de calzadas donde circularía el correo oficial o cursus publicus.

Durante los siglos del medioevo, la escasa circulación de correspondencia no logró hacer desaparecer por completo las comunicaciones, cuyas rutas fueron recuperándose con la expansión de los reinos cristianos y el desarrollo del comercio y las ciudades durante la Baja Edad Media.

El Renacimiento trajo consigo el renacer de las rutas postales gracias al genio de Francisco de Tassis, que logró articular la primera red postal a nivel europeo y que Felipe el Hermoso supo aprovechar nombrándole Maestro de Postas, logrando de esta forma asentar uno de los cimientos de la Monarquía Hispánica.

La red viaria que comenzó a configurarse en aquel momento encontró su impulso en las reformas ilustradas que trajo consigo la dinastía borbónica, en la cual el ramo de Caminos se incorporó a la Superintendencia de Correos y Postas y se acondicionaron y pavimentaron algunos tramos de caminos, se construyeron casas de posta y portazgo y se edificó la Real Casa de Correos, kilómetro cero de la red de rutas postales que a lo largo de la época contemporánea configurarían la actual red de carreteras del Estado.

La presente emisión forma parte de la serie Europa que emite PostEurop Se ha realizado en formato Pliego Premium donde la imagen principal es una icónica imagen de un cartero en bicicleta por una ruta rural. El sello recoge la importancia de las rutas en su pasado que ha sido la base para un presente, representado en fragmentos de laterales de caminos y carreteras o de rutas antiguas y trazados modernos de autovías y autopistas.


En el Museo de Filatelia de Oaxaca, ¡a construir postales!

El Museo de Filatelia de Oaxaca (Mufi) arrancó el mes de septiembre con diversas actividades para que los niños aprendan y se diviertan al mismo tiempo. Y para los niños a partir de los 5 años de edad, tienen “Filatelegos”, una actividad que los acerca a través de estos particulares juguetes, a la historia y la diversión.

La idea principal de Filatelegos es construir con los legos, figuras como buzones o figuras postales y edificios, es decir, elementos que se relacionen con el mundo filatélico. Aquí, padres e hijos se pueden divertir un buen rato haciendo contacto con este maravilloso mundo de la comunicación epistolar.

SELLO | INFRAESTRUCTURAS POSTALES EN LA ÉPOCA COLONIAL

INFRAESTRUCTURAS POSTALES EN LA ÉPOCA COLONIAL

DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL: 4752


Temática: Varios temas

Fecha de puesta en circulación: 16 de octubre de 2012

Procedimiento de impresión: Offset

Papel: Estucado, engomado, fosforescente

Dentado: 13 3/4

Formato: 40,9 x 28,8 mm (horizontal)

Efectos en pliego: 50

Valor postal: 0,85 €

Tirada: 300.000

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO


En plena cordillera de los Andes, y diseminadas a lo largo de la ruta internacional nº 7, se construyeron en época colonial una serie de “casuchas de la cordillera” con el fin de mantener durante todo el año las comunicaciones postales entre Mendoza (Argentina) y Santiago de Chile. A modo de refugios de alta montaña, donde la mole andina alcanza una altura media de 4.000 metros y los caminos se hacían intransitables, las “casuchas” sirvieron de albergue para los correos y viajeros que cruzaban la gran cordillera.

Por orden del gobierno español en Chile, el capitán general del Reino, Antonio Guill y Gonzaga, mandó construir a mediados del siglo XVIII las casas de la cordillera o “Casas del Rey”. El proyecto de construcción, con la descripción de las características que debían de reunir los refugios, fue realizado por Ambrosio O’Higgins, quien con una delegación de funcionarios había atravesado previamente las montañas en pleno invierno, viendo como muchos de sus compañeros sucumbieron por el frío. Tras éste desventurado viaje, O’Higgins y el ingeniero Garland, ambos irlandeses, fueron designados para construir las “casuchas”, que se pusieron en pie entre 1765 y 1770.

Los refugios se trazaron sobre el Camino Real utilizado por los Incas y constaban de una planta cuadrada o circular, de unos 25 m2 de superficie, y techos abovedados para facilitar el escurrimiento de la nieve. Las bases se elevaban muy por encima del suelo circundante para permitir el acceso aún en las peores condiciones climáticas. Se construyeron en ladrillo cocido de procedencia chilena, asentados con mortero de cal muy resistente. Como equipamiento interior debían tener un armario de madera con azúcar, charqui, maté y ají, para el mal de altura, y leña para el fuego. Las provisiones corrían a cargo de la Renta del Correo.

Partiendo de Mendoza y en dirección Este a Oeste se construyeron las casuchas de: Punta de Vacas, Puquíos, Paramillos, las Cuevas y la Cumbre, en territorio argentino, y las Calaveras, Juncalillo y Ojos de Agua, en zona chilena. En la actualidad únicamente quedan en pie Puquíos, Paramillos y las Cuevas, en Argentina.

Por la naturaliza del terreno, los correos hacían el trayecto a pie con la correspondencia al hombro, y antes de partir recibían del administrador de Correos las llaves de cada una de las casuchas. Estas construcciones han servido de refugio a personajes como el científico Charles Darwin y el botánico John Miers, entre otros.

En el sello se reproduce la casucha de Paramillos.